Corporate Venturing, un instrumento para impulsar procesos de innovación

Para los integrantes del ecosistema de emprendimiento e innovación en Colombia son
familiares los fondos de capital privado y, particularmente, el papel que juegan los fondos de
capital emprendedor o venture capital como alternativa no tradicional de financiamiento para la
transformación y crecimiento de las empresas.

No obstante, el concepto de fondos de capital privado corporativos (Corporate Venture Capital) y los beneficios que este tipo de vehículos han tenido, por ejemplo, para grandes compañías tecnológicas (i.e Intel) y para startups del sector fintech, todavía no han sido igualmente difundidos ni adoptados en el entorno local. En estricto sentido, en el entorno internacional se han interpretado los fondos de capital privado corporativos como una subclase del venture capital con una característica especial: son
vehículos de inversión creados por compañías que tienen una necesidad específica, a saber, el
acceso a investigación y desarrollo disruptiva que por sus riesgos inherentes pueden afectar el
desempeño financiero de la operación tradicional de la compañía y que por ésta razón deben
ser blindados en un espacio propio.

Esta clase de vehículos tiene orígenes que se remontan a 1914 cuando DuPont decidió
diversificar sus negocios tradicionales invirtiendo USD 25 MM en General Motors que en su
momento era una empresa mucho más pequeña, inversión que tuvo retornos millonarios por la
explosión en la demanda de automóviles presentada después de la primera guerra mundial
pero que además repercutió en un incremento de ventas exponencial en productos insignia de
DuPont como pinturas, cuero artificial y plásticos

Esta historia particular da cuenta del uso habitual de los fondos de capital privado corporativos
en el mundo: se destinan recursos específicos de la compañía matriz que crea el vehículo para
la inversión en startups que le permitan el acceso a nuevos productos, mercados o eficiencias
en procesos y recursos de la operación core, labor que puede desarrollarse por un equipo
experto en inversiones que hace parte de la compañía matriz, o puede ser delegada en un
gestor profesional de fondos de venture capital. Resulta pertinente aclarar que la gran
diferencia entre los fondos de capital emprendedor (venture capital) y los fondos de capital
privado corporativos (corporate venture) es que en los primeros el objetivo que prima es el
retorno financiero, mientras que en el segundo caso es generarle valor agregado a la compañía
matriz. Lo anterior se logra a través de integraciones verticales de empresas que pueden
convertirse en potenciales competidores de sus productos, o para generar eficiencias
operativas, sin olvidar el objetivo de rentabilizar la inversión.

Alternativamente, la compañía matriz crea el fondo con el mismo objetivo expuesto
anteriormente pero lo persigue a través de investigación y desarrollo propios, por lo que
destina recursos no solamente relacionados con la inversión sino además un equipo dedicado a
la innovación en el negocio que pretende incursionar.

Para dimensionar el tamaño de esta industria a nivel internacional es necesario señalar que en
2016 habían 148 inversionistas en fondos corporativos solo en etapa semilla y el total de las
inversiones realizadas alcanzaron un monto de USD 24,9 BN, lo que corresponde al 22,63% del
total de las inversiones realizadas en venture capital en el mismo año, a través de 1352
transacciones en donde se destacan grupos como Google Ventures, Qualcomm, Dell
Technologies Capital y GE Ventures.

Un caso de éxito es el de Qualcomm, una de los mayores fabricantes de microchips y
procesadores a nivel mundial, que a través de su Fondo Corporativo Qualcomm Ventures, cuyo
objetivo es invertir en emprendimientos con alto potencial de crecimiento o de interacción con
la matriz, es uno de los principales inversionistas de Xiaomi, una empresa dedicada a la
fabricación de smartphones y otros productos electrónicos, que al tercer trimestre de 2017 tuvo
la misma participación de mercado de teléfonos inteligentes en India que Samsung (23.5%).

A pesar del éxito de esta industria a nivel mundial, en Colombia aún no se ha explotado su máximo potencial. Sin embargo el ecosistema de emprendimiento y de fondos de capital asociado a ellos se está fortaleciendo y cada vez está más adaptado para que las empresas utilicen este enfoque. Por ejemplo, en el sector financiero colombiano, la industria Fintech pasó de tener 77 emprendimientos en junio de 201610 a 182 en diciembre de 2017, y Colcapital (la Asociación Colombiana de Fondos de Capital Privado) terminó 2017 con 49 Gestores Profesionales asociados al gremio, gestionando compromisos de inversión por cerca de USD 14 BN, como resultado de la gestión activa que ha desarrollado desde su creación en 2012 en la promoción y fortalecimiento de la industria.

Todo el dinamismo presente en el mercado colombiano ha permitido que, por ejemplo, empresas del sector financiero tradicional, a través de sus fondos corporativos, reconozcan el modelo de negocio implementado por startups como Mesfix, uno de los emprendimientos colombianos con mayor reconocimiento nacional, el cual, a través de su modelo de crowdfactoring, ha apoyado la financiación de más de COP 10.000 MM a mipymes con necesidades de liquidez de corto plazo.

De esta manera, en dichas empresas del sector financiero tradicional se benefician estando a la
vanguardia de las nuevas propuestas empresariales en su industria, mientras las empresas
emergentes reciben asesoría para la expansión de su negocio, además de tener la posibilidad de
recibir recursos por parte de corporaciones establecidas, con capital y recurso humano
calificado disponible para apalancar este tipo de proyectos.
En Colombia, uno de los mejores ejemplos es el Fondo de Capital Privado Bioavante administrado por Fiduoccidente, entidad especializada en la estructuración y administración de fondos de capital privado, el cual apoya las labores de investigación, desarrollo y comercialización de nuevos productos para el sector agropecuario especializado en proyectos de biotech, de la mano de una compañía matriz que tiene amplia experiencia en esta disciplina Con esta estructura, dicha compañía matriz tiene a su disposición la posibilidad de buscar aliados estratégicos y coinvertir en proyectos relevantes administrando el riesgo de investigación y desarrollo, además de compartir el riesgo financiero asociado a la inversión. Como Bioavante, existen diferentes compañías e industrias que podrían impulsar sus procesos de investigación, desarrollo e innovación a través de fondos corporativos, pues los beneficios de
este tipo de vehículos pueden ser adaptados y aprovechados por cualquier compañía,
independientemente de la industria a la que pertenezcan.

Tomade de Grupo aval, informe FiduOccidente.

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